En ocasiones la intervención del hombre en los lugares naturales puede resultar en algo muy bello. Uno de estos casos, no tan conocidos, existe en la Península de Yucatán. Sobre todo en los últimos años, gracias a redes sociales como Instagram, ha ido dándose a conocer un precioso lago rosa en el pueblo conocido como Las Coloradas.
En este pueblo pesquero la industria salina es muy importante. Los depósitos de sal que han sido creados han formado un lago cuyo color rosa se debe a las altísimas concentraciones de sal, y también al plancton rojo y a la proliferación de halobacterias cuyo color púrpura resulta en el rosado del agua.
Aunque Las Coloradas es prácticamente desconocido, a su lado se encuentra la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos, hogar de cientos de flamencos y una de las zonas protegidas naturales más hermosas de México.
Los colores de el Lago Rosa o Laguna Rosa (como le llaman los locales), contrastan con los montículos de sal, blancos refulgentes; los cielos de distintos tonos según la hora y los turquesas del Caribe de la zona. Este lago, creado de algún modo por el hombre, ha devenido en un precioso paisaje pastelizado, regalando una de las gamas cromáticas más improbables en el mundo. Existen pocos lagos rosadoso (en Australia y Senegal, por ejemplo), y México tiene uno de ellos en una de sus zonas naturales más arrobadoras.