El trabajo de la fotógrafa Citlali Fabián nos invita a reimaginar la identidad más allá de lo evidente, desde un espacio vibrante y profundamente íntimo que, automáticamente, nos traslada a nuevos territorios narrativos.
Capturar, enmarcar y retratar, todos verbos asociados a la imagen. Lo engañoso de estas palabras, cuando hablamos de visualidad, es que anclan conceptos, cuando se reproducen una y otra vez; fijan sentidos y una forma de mirar. Pensemos en las fotografías de moda: se estandarizan cuerpos, caras, tipos y hasta gestos. Así, este conjunto de imágenes, de representaciones, se convierten en una especie de manual de identidad. Y cuando esa es la norma, perdemos el mosaico narrativo del mundo. Pero lo cierto es que, lo que se fija, está todo el tiempo en posibilidades de tránsito.
La imagen es también, tomando las ideas de James Hillmann, la forma en la que se estructura la vida, el punto de partida donde se revela la experiencia. Es un espacio que acontece; nos hacemos con las imágenes y las imágenes se hacen con nosotros. Desde esa mirada crítica, Citlali Fabián nos invita a hacer una práctica heterodoxa sobre la identidad mexicana y, en especial, de la mujer.
Esta fotógrafa se describe a sí misma como una "yalalteca, artista visual y narradora mexicana que utiliza la fotografía para explorar formas de abordar la identidad y sus conexiones con el territorio, la migración y los lazos comunitarios". Su trabajo ha sido ampliamente reconocido en México y el extranjero. Es parte de la Colección Toledo del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, la Colección Patricia Conde y las Colecciones Wittliff en la Universidad Estatal de Texas, Estados Unidos. En 2018, Citlali Fabián fue seleccionada para participar en la séptima edición anual del New York Portfolio Review. Su serie "Mestiza" fue elegida como una de las 13 historias que capturaron la fotografía de ese año para el blog de Lens del New York Times.
Desafiar a las representaciones asignadas
El término mestizo (personas que comparten sangre mitad indígena y mitad caucásica), para Citlali Fabián, es un adjetivo que sirvió para consolidar la identidad nacional, desde la idealización de la herencia blanca / española, para "mejorar" el "tipo indígena”. En su propias palabras, "el término, como veo, es una marca volátil para mostrar una distinción y supremacía racial". Desde esas profundas inquietudes es donde nace el proyecto de Mestiza.
Más allá de las cautivantes fotografías, debemos rescatar la metodología única que Citlali Fabián utilizó para desarrollar su serie. No se trata de retratos ajenos o montajes performáticos. Las mujeres que aparecen en sus retratos son familiares y amigas de la fotógrafa.
Las elegí y les pedí que participaran porque buscaba personas con las que me sintiera cercana, personas con las que sintiera empatía. Son mi mamá, primas, sobrinas y amigas. Ponen su tiempo y alma en estas imágenes. Esperé y las capturé, dice Fabián.
A través de esta exploración, Citlali Fabián logra dar voz a un dolor silencioso y antiguo. Nace una nueva cara de la mujer mexicana contemporánea, que desafía la discriminación que viene con la herencia indígena en este país. Para la fotógrafa, se trata de reformar la imagen de la identidad y animarnos a apreciar y abrazar las fortalezas, pero también la debilidad, que integra a la vibrante y compleja cultura mexicana.
Mestiza, serie de Citlali Fabián
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