Poco se asocia el oficio de ilustrar con aquel del electricista. Tal vez porque se ha olvidado que ilustrar también significa iluminar o alumbrar. Y ¿qué es eso que el ilustrador alumbra? Posiblemente formas insospechadas de lo conocido y cotidiano.
El que ilustra, también, traduce al plano gráfico un mensaje que está en otro lenguaje, tal vez el escrito o el hablado. Y en este ejercicio de trasladar palabras al terreno del color y la forma, ilumina variantes fantásticas de lo que se dice.
La ilustración, entonces, es imaginativa e ingeniosa. Así lo demuestran por lo menos estas sutiles piezas, obras de jóvenes artistas mexicanos que formarán parte del 28 Catálogo de Ilustradores de Publicaciones Infantiles y Juveniles y los ganadores del 30 Concurso Nacional de Cartel "Invitemos a Leer".
A propósito de lo infantil, tal vez es válido contarlo como cualidad de la ilustración, precisamente porque estas imágenes son ventanas a lo fantástico. También, pequeñas puertas a otros panoramas, como esas que construimos de niños cuando combinábamos mentalmente animales u objetos completamente ajenos, pero que parecían encajar entre sí, por lo menos de forma divertida; o cuando huíamos de sombras consistentes que venían a asustarnos. ¿Será que quienes mejor ilustran son niños?
Así, alumbrando imágenes surreales, fantasiosas y delicadas, estas piezas invocan otros mundos y es fascinante permitirse un rato frente a ellas; tal vez después de admirarlas, sí sea natural sea agarrar un libro, para satisfacer el ansia permanente de hacer el mundo más claro; de alumbrarlo.
*Imagen destacada: "Desplazamiento", Andrés López Martínez.