Una lengua es fundamental, pues en ella se encuentra el acceso a todo entendimiento posible, entre seres humanos. Pero además, una lengua es un cúmulo de sentimientos y creencias comunes, así como un baúl de memorias que guarda siglos de historia y cotidianidad de diversas civilizaciones en el mundo.
Es el caso del náhuatl, una de las lenguas primigenias que, aunque ya pocos de nosotros hablamos –y tal vez nadie recuerda cómo se hablaba hace 500 años–, se usa ampliamente en la cotidianidad, desde los nombres de personas hasta regiones, ciudades, municipios y pueblos enteros nombrados en náhuatl. Así, la cultura prehispánica y su cosmovisión se hacen presentes en nuestro día a día, de maneras a veces inconscientes.
La misión de Kernaia
Es bajo estas ideas que surgió el proyecto digital Kernaia, una plataforma cuyo eje permanente es el rescate y uso de las lenguas originarias en México. La propuesta de Kernaia es que en un mundo caben muchos mundos —es decir, caben los más de 6 mil idiomas que existen—, y que hace falta un trabajo multidisciplinario para rescatar a los más de 3 mil que están en riesgo de desaparecer.
En el caso de México hablamos de uno de los diez países con mayor cantidad de lenguas originarias. No obstante, entre las naciones con más lenguas amenazadas, México ocupa el quinto sitio, con 144 en algún grado de peligro, según el Atlas de las Lenguas en Peligro en el Mundo.
Por eso, el trabajo de Maurits Montañez, creador de Kernaia, así como el de cientos de mercadólogos, programadores y artistas que confluyen en este proyecto, es fundamental. Éste se realiza, además, en conjunto con habitantes de las comunidades indígenas, lo que ha posibilitado la creación de la original plataforma. Así, a partir de herramientas digitales y del uso del ciberespacio, pretenden crear un ecosistema único en el que se resguarden y transmitan las lenguas originarias y toda la abundancia cultural que en ellas persiste. Y vale decirlo, la asombrosa variedad lingüística que cada una implica y que, como el náhuatl, cuentan incluso con palabras que son intraducibles, debido a su particular y fascinante concepción de la gramática.
Por eso, la labor de estos profesionales se ha materializado en una serie de contenidos y apps que facilitan el aprendizaje del náhuatl en su variante veracruzana, así como el purépecha y el mixteco, lo que a la postre se ha convertido también en un trabajo de recopilación cultural. Esto ha hecho posible el conocimiento de las historias, canciones y tradiciones de los pueblos originarios que aún preservan su lengua, todo ello en lo que Montañez define como “empresas híbridas” que fusionan la labor social con la económica.
Un sistema lingüístico va más allá del instante: del diálogo inmediato. Se convierte más bien en un diálogo constante y milenario entre culturas enteras, y en un devenir incesante en el cual el ser humano encuentra su identidad al nombrar aquello que le rodea. Tal es la razón de que muchas lenguas hayan trascendido en el tiempo y que estén presentes en la actualidad, forjando nuestra identidad mientras se fusionan con otros idiomas.
Así, Kernaia defiende y promueve este invaluable legado inmaterial que son las lenguas originarias, e invita a la gente a sumarse a su proyecto. Gracias a la invención de Kernia, Maurits Montañez fue uno de los diez ganadores en la última edición de Innovadores Menores de 35 en México, del MIT Technology Review.
En su página puedes conocer más del proyecto, descargar las apps y ponerte en contacto con ellos.