Todo lo que hacemos y producimos deja una suerte de rastro tras de sí. Casi siempre en la forma de consecuencias que, para bien o para mal, pueden ser cuantificadas. Con esto en mente no es descabellado suponer que si pudiéramos revisar estos rastros, como información organizada, probablemente seríamos capaces de tomar mejores decisiones hacia el futuro.
Para eso sirven los datos, especialmente los relacionados con sociedad y políticas públicas. Así, era urgente que la CDMX comenzará a emitir información abierta sobre sus dinámicas. Siendo un espacio tan evidentemente complejo es muy importante dimensionarlo de la mejor manera posible, para poder, con un poco de suerte y muchísimo esfuerzo, mejorarlo.
Por eso se celebra la existencia del nuevo portal de datos abiertos de la CDMX, una iniciativa para divulgar los rastros de interacciones sociales y geopolíticas complejas como asuntos de movilidad, de seguridad, justicia, educación, salud, violencia de género y riesgo sísmico.
En el portal podrás visualizar los datos en la forma de mapas, gráfica y tablas que los desglosan para que su análisis adquiera distintos niveles y sentidos. La apertura de esta información nos da esperanzas de que las instituciones podrían empezar a utilizarla para tomar mejores decisiones hablando precisamente de política pública y en la implementación de estrategias para mejorar la calidad de vida de todas las personas que habitan la capital.
Por otro lado, a los usuarios del portal, a la gente de a pie, la información le sirve para muchas cosas, pero especialmente, permite que cada uno de nosotros haga conciencia sobre la situación actual de la ciudad. Evidentemente, pocas cosas han sido color de rosa; de hecho, en general, las buenas noticias escasean, pero esta plataforma se abre para generar un acercamiento profundo y transparente a la realidad.
Los problemas de violencia y seguridad necesitan ser visibles para que todos sepamos dónde estamos parados. Definitivamente, hay áreas mucho más afectadas que otras y mucha desigualdad, aunque, por otro lado, hay datos que nos unen (particularmente los de riesgos ambientales y sísmicos, otro tema para reflexionar).
Hay cosas que algunos pensaban que solo pasan en ciertas colonias, pero nos tocan a todos. Esto nos recuerda que tenemos un enemigo en común (además del cambio climático) y es la violencia social, aunque tal vez, con esto en mente, todos empecemos a actuar al respecto, desde nuestras respectivas trincheras.
¿Y qué hacer? pues empecemos por proponer, por mirar los datos, atender las zonas más afectadas, tratar de dimensionar de qué forma los actos de nuestra vida diaria podrían mejorar las vidas de quienes nos rodean. Esta plataforma es un gran punto de partida, pero esperemos que a largo plazo incluya más información y no solo de las debilidades, también de las fortalezas.
Tal vez datos sobre los museos de la ciudad, los colectivos trabajando para levantar sus barrios, los programas sociales que tienen éxito, los sitios donde alguna vez alguien decidió ser solidario con el vecino. Probablemente habría que empezar por dejar más rastros de esta energía constructiva detrás nosotros y nuestras acciones.
Consulta la plataforma aquí.
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