Parece que los mexicanos no podemos evitar remixear, prácticamente, todo lo que se nos pone enfrente. Y, de la misma manera, invitamos a los demás a llevar nuestros productos culturales mucho más allá de sus propios límites. Nuestra gastronomía es de esto el ejemplo perfecto. No hay platillo mexicano que no tenga variaciones, pequeñas adaptaciones regionales o de plano, giros intensos y completamente insospechados.
Las conchas, sí, los deliciosos panes dulces esponjosos con una rica costra de harina, manteca y azúcar, no podrían ser la excepción. Casi como las tortillas y las teleras, este manjar mexicano ha demostrado ser el perfecto vehículo para la creatividad culinaria y también el lienzo para el más fino ingenio, entre memes, fiestas temáticas de concha y muchas nuevas recetas que vuelven conservador hasta al más aventado paladar.
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La concha encarna una historia de diversidad
Las conchas nacieron de la diversidad, del mestizaje y del intercambio cultural. Aunque son absolutamente mexicanas (y tal vez hoy más que nunca), no podrían haber existido si los españoles no hubieran traído trigo a nuestras tierras y con este ingrediente, la tradición panadera.
El pan era un asunto vital para los españoles, no sólo porque era básico en su dieta y no podían dejarlo en el Viejo Continente, también porque las obleas utilizadas en la eucaristía (el acto en la iglesia donde los fieles se comen metafóricamente el cuerpo y sangre de Cristo, representado por el vino y el pan) se hacen con harina de trigo.
Hacer a los indígenas comer pan, invitarlos a ser comensales de su tradición, sagrada o profana, también era una forma de volverlos suyos, de una manera ciertamente peculiar. Pero, al parecer, a los indígenas no les encantaba el sabor neutro del pan y comenzaron a mezclarlo con piloncillo, chocolate, vainilla y claro, a "chopearlo" en sus bebidas de cacao.
Después, el intercambio cultural comenzó a complejizarse: la llegada de otros inmigrantes europeos, especialmente los franceses enriqueció la tradición panadera mexicana. Así dimos con las recetas que ahora son típicas; como la concha, por supuesto.
Claro que nadie podría haber previsto el renacimiento cultural que esta pieza particular de pan dulce tendría en el siglo XXI.
La fiebre por las conchas es imparable
Esto es definitivo, aunque no sabemos con certeza cómo y por qué se originó. Lo que está claro es que la concha es un ingrediente versátil y sugiere ser "rellenada" con delicias como nata, cajeta o por qué no, a la yucateca, con frijoles.
Pero, sin duda, las conchas se pueden llevar mucho más lejos. Es posible que la locura haya comenzado con las concha-burgers, un invento de Bobby y Adrian Cruz, dos chefs de McAllen, Texas. Su receta es tan especial y deliciosa que por ella ganaron un premio de la Fundación James Beard en 2016 (revisa aquí la receta).
Pero eso no es todo. Las conchas también son rellenadas ahora con otros salados fabulosos como chilaquiles y mole. Claro que rellenarlas no es suficiente, aunque tal vez la pizza de concha (conchizza) sugiera lo contrario. Para hacerlas mutar en serio, hay que combinarlas con otros panes. Así nacieron las manteconchas, las conchurras (con churros) y las donchas (donas con costra de concha).
El culto no termina en estos homenajes: los "memes de concha" indundan el imaginario colectivo y las están transformando un delicioso, divertido y versátil ícono de nuestra identidad.
Claro que el máximo honor otorgado fue la fiesta infantil con la concha como tema central, donde los motivos de concha desbordaban la celebración. Se podría decir y, sin exagerar, que el año 2018 ha estado en gran medida dedicado al pan dulce favorito de los mexicanos.
Hay que celebrarlo: las conchas vienen de la diversidad y a la diversidad están invitando. Pocas cosas nos representan con tanta precisión, dentro de su fantástica versatilidad.
Aunque hay algunos que no estarían de acuerdo…
Tanta remezcla no podría haberse quedado impune, pues se sabe no solo de detractores de las nuevas formas de la concha; también de quienes se quieren adueñar de las variaciones. El escándalo de la manteconcha es una primer muestra.
La delicia que cambió para siempre la cocina mexicana fue inventada accidentalmente en una panadería local de Querétaro. Las redes sociales se encargaron de transformarla en un fenómeno nacional que sin duda cambió la vida de los panaderos que dieron con el fantástico híbrido.
Por otro lado, "los imitadores" no se hicieron esperar. La manteconcha comenzó a brotar por todos lados y por supuesto esto es fantástico: cada sitio inventó su propia receta y se ha encargado de hacer el remix más intenso.
Sin embargo, diversos grupos han intentado registrar en el Instituto de Propiedad Intelectual de México (IMPI) las manteconchas como propias, entre ellos está Grupo Bimbo que quiere hacer con la "marca" Manteconcha "pan, galletas, pasteles y preparaciones de cereales."
Ojalá las intenciones de registrarla se abandonen. La manteconcha, como buena hija de la concha y hermana de delicias y aberraciones de toda clase, merece ser remixeada también. Dadas las circunstancias vale la pena pensar que las conchas y sus extravagantes variaciones son un ícono de nuestra identidad diversa. Habría que defenderlas a todas.
*Imágenes: 1) Kent Miller/JBF; 2, 3, 4, 5, 11, 14) Memes de Conchas/Facebook; 7 y 13) Taco guru; 8, 10) Crédito no especificado; 9) Cecilia Mendoza; 12) QS Noticias.