El mundo está fascinado con Adhara Pérez, una pequeña niña mexicana de ocho años con un coeficiente intelectual superior al de Albert Einstein y Stephen Hawking. ¿Y por qué no lo estaría? Su enorme capacidad le permite estar cursando dos carreras universitarias que terminará antes de cumplir 10 y es aspirante a ingresar a la Universidad de Arizona, donde podrá formarse para ser astronauta.
Pero tal vez lo más conmovedor de esta niña, lo que realmente nos inspira es su enorme resiliencia y la forma tan sutil y preciosamente infantil en la que a lo largo de su corta historia, ha logrado ir hacia adelante.
Adhara Pérez habita un universo propio
Igual que otras grandes mentes de nuestra generación, Adhara tiene síndrome de Asperger, un "trastorno del desarrollo" que incluye, entre sus manifestaciones, la dificultad para establecer "relaciones sociales" —por lo menos como las hemos definimos coloquialmente hasta ahora— y la "preocupación inusual" con un un objeto o materia particular.
Permitir que un niño o una persona con Asperger despliegue este interés, puede tener consecuencias muy interesantes, como en Adhara, que pronto podría convertirse en una renombrada científica mexicana. ¿Y el objeto en el que esta niña vierte toda su atención? Es el universo. Su mundo es el espacio. Y con toda la paciencia del mundo, ella quiere dedicarse a explorarlo.
Y, al mismo tiempo, aunque sus aspiraciones parecen enormes y sus logros ponen en perspectiva lo que uno mismo ha construido con su energía y su tiempo —que, en comparación es bastante— Adhara es una niña. Es una niña excepcional, pero, como susurró su mamá (durante esta entrevista con Infobae) "es una persona muy humana". Es tierna y juguetona y su forma sutil y preciosa de deslumbrar nos recuerda que definitivamente no hay una manera específica de aprehender el mundo.
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La educación en México no está preparada para admitir más de una forma de experimentar el universo
"Mi planeta favorito es la Tierra", declaró (en la entrevista citada) la alumna de Ingeniería industrial en matemáticas e Ingeniería en sistemas y hoy una de las 100 mujeres más poderosas de México, según Forbes. Y no es difícil comulgar con su idea: la Tierra le gusta porque es el sitio donde los humanos hemos germinado.
Pero su visión constantemente ha desbordado los esquemas sociales donde ella ha brotado, como flor en el pavimento. En México el sistema educativo tradicional no está preparado para recibir a una niña como Adhara; aunque especialistas como el Dr. Andrew Almazán estiman que en nuestro país hay alrededor de 1 millón de niños "sobredotados", sensibles a la materia y humanidad con la que habitan, en un espectro ciertamente envidiable.
Esta falta de programas particulares, que permitan la evolución personalizada, hace que muchas nuevas visiones de nuestro mundo se esfumen, opacadas por la falta de empatía y espacio. Por suerte Adhara Pérez tiene una familia igualmente sensible y su presencia nos ha conmovido a todos. Pronto nos verá desde lejos, cuando su sueño de ser astronauta en la NASA se concrete.
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Imágenes: Juan Vicente Manrique/Infobae; excepto destacada: collage de Zatriel Madrid.