A grandes rasgos, quizá la prominencia en el pantone mexicano gastronómico sea el verde, el rojo y el amarillo. Calabaza, chile, maíz, jitomate, sus más de 350 especies de quelites, el nopal, el mundo de la milpa y su perfección (cimiento de la gastronomía y la cultura mexicana), emanan dichos colores, y más.
La diversidad de razas del maíz (sí, se dice razas), de chiles, flores, ha hecho que lo colorido en la cultura mexicana le venga de la misma generosidad de su naturaleza. México está fulminado por los multitonos por que, sencillamente, su naturaleza alberga prácticamente todos los ecosistemas existentes.
Su gastronomía, colmada de morados, tintos, provenientes de maíz, huitlacoche; naranjas impactantes derivados del camote o de la flor de calabaza o las más increíbles combinaciones resultado de las tortitas de semillas propias de la gastronomía prehispánica.
Un repaso visual por la gastronomía mexicana es un transcurso por su esencia más profunda, su naturaleza, su generosidad y diversidad, que además nos ha legado una gama cromática que conmueve y emociona:
¿Crees que existe un color, una combinación predominante?
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