Tal parece que, al viajar —lejos del contexto que cotidianamente nos envuelve—, tenemos la oportunidad de encontrarnos con un reflejo más puro de lo que somos. Los viajes pueden ser una práctica de conocimiento profundo y en México, es fácil acceder a esta experiencia.
Ciertamente, el contacto con lo místico es algo que trasciende palabras, pues siendo pronunciado perdería la esencia que le mantiene en un misterio (y que solo es posible alcanzar experimentándolo). México se vale de experiencias místicas. Diría Antonin Artaud, gran surrealista de los años 30, de un “secreto de cultura”, que utiliza a su favor para pervivir las cientos de formas en que se fragmenta sobre el suelo mexicano: sus culturas ancestrales.
En este contexto, el territorio mexicano es fértil para encontrar todo tipo de acercamientos con lo místico; experiencias (francamente irrepetibles) que detonan desde ese secreto de cultura y se asoman en todo rincón de la República.
Ceremonia de cacao
El evento consiste en preparar y compartir cacao, de manera conjunta, en un ritual. Es una experiencia para compartir, conversar y tejer lazos. La ceremonia empieza con la preparación. Después, Se sirve el cacao en jícaras y cada quien lo endulza a su gusto con miel, canela y se le pone una pizca de chile. El cacao estimula al cuerpo y regala claridad. Se invita a cada persona a explorar sus sensaciones, con mucha atención, pero desde un lugar amable y reconfortante. La ceremonia tiene origen maya y se sigue practicando en Yucatán, pero también hay comunidades que la ejercen en otros lado, como en el pueblo de Tepoztlán, Morelos.
La iglesia de San Juan Chamula en Chiapas
San Juan Chamula es un pueblo que se rige por sus usos y costumbres exclusivamente. Es tal la autonomía cultural, que la policía municipal no tiene derecho a entrar y los foráneos tiene que abandonar el poblado a las 6 de la tarde. Las creencias están bien arraigadas y mezclan la tradición indígena con una visión muy peculiar del catolicismo. Lo que llama más la atención de los turistas, en una mezcla entre miedo y curiosidad, es la iglesia del pueblo. En ella se pueden presenciar y experimentar rituales religiosos, que no se parecen a ningún otro. El recinto sagrado, que se encuentra oscuras, excepto por la iluminación de las velas, no tiene bancas, como en una iglesia tradicional. Ahí no se pueden tomar fotografías, sólo observar. Los asistentes se hincan y rezan, murmurando, mientras se abalanzan ligeramente de un lado a otro. Además, toman refresco y eructan entre rezos, porque piensan que de esta manera, expulsan de su cuerpo malos espíritus. Además, se puede presenciar el sacrificio de gallos negros, o recibir la consulta de una curandera. Muchos viajeros se resisten a esta experiencia mística, pero otros se disponen a ella y la reciben a pesar de la extrañeza. Lo más importante es siempre gozar de la invitación que nos hace una tradición, respetando sus condiciones y sin olvidar que, por distinta que nos parezca, lo que verdaderamente se está manifestando, es una forma de ser humano, y con eso nos podemos identificar todos.
Los temazcales
Este baño sagrado se practica en muchos pueblos mexicanos, especialmente de los estados de México y Morelos. Es un baño de vapor, que combina el uso de hierbas medicinales, con cantos rituales, para desintoxicar cuerpo y mente. El cuarto de baño, hecho de piedra, se calienta y los participantes entran desnudos y se tienden en el piso. Se lanza agua contra las paredes del temazcal y esto produce vapor. Los participantes sudan y se lavan. La experiencia puede ser muy demandante porque las condiciones, especialmente el calor, podrían resultar extremas; pero es un ejercicio que obliga a abandonar la necesidad de controlar el entorno, lo que puede resultar muy liberador.
Limpia en Catemaco
Este pueblo en Veracruz es conocido por sus tradiciones mágicas y brujería. Combinando símbolos católicos, con antiguas tradiciones indígenas, abundan en Catemaco los brujos que realizan ominosos rituales para beneficiar a los curiosos turistas y, por supuesto, a los veracruzanos que son fieles a sus creencias. Los brujos ofrecen sus servicios, a través de una serie —ya muy esquemática— de paquetes que pueden incluir limpias contra las malas vibras, amuletos y predicciones de lo que le depara "al cliente" el futuro. El ritual de la limpia puede consistir de diversas partes, pero normalmente se unta alcohol infusionado con plantas medicinales, se pasa por el cuerpo un huevo y se dan unos golpecitos con ramas. El huevo se abre y el contenido se vierte dentro de un vaso con agua. El brujo "lee" el huevo y comparte con el cliente lo que encuentra. Entre la parafernalia, la experiencia ritual y las verdades personales que comparte el brujo, la limpia puede ser una experiencia muy extraña para los foráneos, aunque altamente reveladora.
*Imágenes: 1) Axel Lloret; 2) observamx.com; 4) diveandsnorkeltulum.com