De vez en cuando, la historia gesta, y es testigo, de humanos con convicciones ideológicas, sentido de justicia, y demás atributos de la consciencia; y que además son valientes. Cuando esto sucede, grandes capítulos se desdoblan también. Y estos hombres y mujeres, aunque son resultado de un momento histórico, son también tesoros que aceleran procesos, generalmente humanistas, para un bien general, y para la posteridad…
En México tenemos guerreros y guerreras reconocidos por la historia oficial, algunos verdaderos, otros creados con fines nacionalistas, pero también existe una historia que queda registrada por la admiración que causaron algunos líderes, y son las mismas personas las que se encargaron de mantenerlos vivos y con ello legar esta memoria hasta nuestros días.
Hoy te presentamos guerreros de México, hombres y mujeres que vivieron por una causa más allá de su bienestar individual; de convicciones éticas y morales, ejemplares:
Voluntarios y rescatistas del sismo del 19 de septiembre
Decenas de miles de mexicanos, y de extranjeros que hoy son definitivamente mexicanos, se volcaron a las calles tras el sismo de 7.1 que azotó al centro del país. Como relata Juan Villoro, la tierra se abrió y la gente se juntó, y un ejército de guerreras y guerreros, no dudaron en dejar todo para abrazar una sola causa: ayudar al prójimo, al “otro yo”, que se vio más afectado que uno y que merece toda nuestra solidaridad. Ese 19 de septiembre de 2017, los días posteriores, México se demostró a sí mismo, no solo tener la capacidad de fundirse en una sola voluntad, sino de hacerlo de la manera en que lo hacen los verdaderos guerreros… con el corazón.
Tzoyectzin, Temoctzin yTzilcatzin
Cuando comenzó la cruenta lucha entre los españoles y los mexicas, los de Tlatelolco fueron de los más reacios en rendirse, mucho les temían los europeos. Y según nos narra Miguel León Portilla apoyado en las versiones de los informantes de Bernardino de Sahagún:
Solo hubo tres capitanes que nunca retrocedieron. Nada les importaban los enemigos; ningún aprecio tenían de sus propios cuerpos.
El nombre de uno es Tzoyectzin, el del segundo es Temoctzin y el del tercero es el del mentado Tzilacatzin.
Se hicieron legendarios aún cuando estaban vivos, más aún, ya que Moctezuma mantenía una actitud, según los historiadores, más inclinada hacia la paz, pero interpretada por muchos en su pueblo como una pasividad cobarde.
Gonzalo Guerrero
Antes de la llegada de Hernán Cortés, ya había naufragado un barco español en Quintana Roo; los sobrevivientes fueron aprehendidos por los mayas, pero uno de ellos, Gonzalo Guerrero, fue ganándose su apreciación y fue convertido en uno de ellos, casándose, incluso, con, Zazil Há, la hija del jefe militar Nachan can. Sus hijos, presumiblemente, son considerados como los primeros mestizos del hoy México. Cuando llegaron la tropas del capitán Lorenzo de Godoy, Guerrero se quedó del lado de su nueva comunidad, luchó para defenderlos, y finalmente murió en una de estas batallas.
Canek
Popularmente conocido como Canek, Jacito U C de los Santos fue un indígena maya que luego de doscientos años de conquista española originó una rebelión sin precedentes en Yucatán. Por muchos es considerado un héroe, uno que tuvo la valentía de retar a la corona española y que consiguió cientos de seguidores en muy poco tiempo.
Leona Vicario
La independentista más conocida es Josefa Ortíz de Domínguez (cuya labor fue imprescindible) pero la historia de Leona Vicario es interesantísima. Fue intelectual, periodista, independentista, humanista y progresista. Ella se convirtió en un enlace importantísimo para los insurgentes, ya que en su casa confluía la correspondencia de los revolucionarios. En 1813 interceptaron sus correos y consiguió huir a Michacán y recluirse en un Colegio de monjas; ese mismo año la rescataron los insurgentes escondidos en burros cargados con pulque, entonces se vistió de pordiosera. Participó como periodista, volvió a ser perseguida en 1817 y por ello debió dar a luz a su primera hija en una cueva en Achipixtla. Su historia tuvo un final feliz. Luego de la Independencia, sus bienes le fueron regresados y la Villa de Saltillo fue nombrada en su honor; su valentía e inteligencia fueron fascinantes.
Emiliano Zapata
Quizá el revolucionario más respetado de todos. Emblema de numerosos movimientos sociales en todo el mundo hasta ahora. Cuando tenía 9 años fue testigo de un despojo de tierras a campesinos para entregarlas a hacendados, y le dijo a su padre, “¿No se puede? Pues cuando yo sea grande, haré que las devuelvan”. Se convirtió en un ideólogo, y su frase "La tierra es de quien la trabaja" sigue despertando conciencias y llamados sociales.
Carmen Serdán Alatriste
Participó, junto a su hermano, en el primer enfrentamiento armado de la Revolución. Su principal motor, encarar la dictadura de Porfirio Díaz; ella y sus hermanos apoyaron enormemente la causa antireeleccionista de Francisco I. Madero. Por su valentía, hoy su casa se nombró como el Museo de la Revolución de Puebla.
Amelia Robles Ávila
Una de las primeras transexuales que lo reconocieron públicamente, además de su homosexualidad. Amelia peleó en la Revolución, y no solo eso, se convirtió en Coronel y cambió su nombre a Amelio; su actitud y valentía fue crucial en la lucha por los derechos sexuales y de la diversidad en México, e incluso, ya como hombre, se casó en varias ocasiones.
Rubén Jaramillo
Ingresó a sus solo 14 años a las líneas revolucionarias zapatistas; luego de la muerte de zapata lo encarcelaron, y desde ahí luchó en contra de los caciques del sur a favor de las reformas agrarias del Plan de Ayala y se convirtió en un oficial apreciado y querido por los habitantes de Morelos y sur de Puebla. Pero luego de esta lucha, continuó luchando por los derechos de los campesinos, nuevos ejidararios, y de hecho, surgió un movimiento por su influencia llamado Jaramillista. Al comenzar la década de los años treinta, era el más conocido y respetado de los dirigentes campesinos del poniente de Morelos.
Lucio Cabañas
Maestro rural, egresado de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, líder estudiantil y jefe del grupo armado Partido de los Pobres en la sierra de Guerrero durante la década de 1970. Luego de las promesas incumplidas de la Revolución, el movimiento de Lucio clamó por volver a entender la pobreza como un problema de justicia, su lucha fue una reivindicación que fue cimiento de movimientos posteriores como el levantamiento del EZLN. Cabe mencionar que los campesinos de la zona simpatizaban enormemente con él, le daban su apoyo.
Genaro Vázquez
Guerrillero, maestro como Lucio de la de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Fue primero líder sindical, pero luego se volcó más en una lucha a favor de los pobres y formó uno de los varios grupos armados que se desarrollaron en la Sierra Madre del Sur durante las décadas de 1960 y 1970. Simpatizó con el Partido de los Pobres. Junto con el movimiento de Lucio, en la décadas de los 60´s, fue un personaje imprescindible que después inspiró también en las movilizaciones estudiantiles del 68.
Sub comandante Galeano, antes Marcos
Aunque nunca se ha confirmado oficialmente su identidad, según la versión del gobierno desde 1994, se trata de Rafael Sebastián Guillén Vicente. Egresado de la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Guillén fue un indignado de la matanza de Tlateloloco; se sabe que tuvo influencia maoista, pero luego se volcó a visiones revolucionarias más posmodernistas, influidas enormemente por Antonio Gramsci. Sin embargo, lo que más le influyó fue la forma de organización de las comunidades indígenas chiapanecas, por lo que se les unió, haciendo uso de su habilidad literaria y conocimiento de estrategias de comunicación, con lo que gritó al mundo en un contexto en el que se adulaba el Neoliberalismo, que había una realidad ignorada por los que se envolvían en aspiraciones que convienen, finalmente, a una minoría.
Los periodistas caídos
Desde hace 10 años más de 800 periodistas han sido asesinados. En un contexto de combate al narcotráfico y de impunidad, cada uno de estos comunicadores que murieron por informar a los ciudadanos son los héroes de tiempos difíciles a la par de los activistas ambientales y sociales.