La neblina es uno de los fenómenos naturales más fantasmagóricos, fríos y apacibles. Cuando la bruma de la neblina cubre un espacio, las imágenes, todas, paradójicamente se vuelven de colores más brillantes, aunque apenas se asoman, tímidos, de la condensación blanco-grisásea, fresca, limpísima.
En México existe un lugar predilecto para ver uno de los mejores espectáculos de neblina, se encuentra en el hermoso pueblo mágico de Jalisco, San Sebastián del Oeste, en la Sierra Madre Occidental; a solo dos horas de Puerto Vallarta.
Este pueblo ex minero, con la cuasi cualidad de ser un pueblo fantasma, con apenas 600 habitantes, es uno de los más bellos de Jalisco. Calles empedradas, olor a bosque, callejones de piedra: en pocas cuadras se despliega una herencia colonial impregnada de antigüedad y orden.
Uno de sus atractivos, como decíamos, es su mirador conocido como La Bufa, ubicado en la cima del cerro con el mismo nombre. El ascenso al mirador suele hacerse de la mano de locales que te llevarán en cuatrimoto, para luego cruzar a pie una zona de bosque habitado de neblina; ahí se pierde la noción del tiempo, las imágenes se difuminan; un hermoso velo te envuelve durante el trayecto.
Luego llegas al mirador, donde cuando está más despejado, es posible incluso atisbar la Bahía de Banderas. Sobre todo, luego de las seis y media de la tarde, la neblina discurre como agua, y cubre el horizonte como un enorme manto; todo abajo es neblina, y tú, flotas un poco.
*Imágenes: 1,2,3,4,5,6 y 7: Archivo Más de Mx.