Si eres mexicano, tienes el deber de viajar por tu país. No nada más para conocerlo mejor; sobre todo porque viajar es la mejor forma de comprender la vida en otros lados. Y México es tan complejo, tan grande que podríamos decir que es más de un país a la vez —de hecho, se trata de cientos de pequeños "países".
Sin embargo, no todas las formas de viajar son iguales. De hecho, nos atrevemos a decir que el turismo más "popular" y más accesible no es el más recomendable. En muchos casos el turismo no se preocupa ni por el medio ambiente, ni por las personas que articulan esos "destinos". Y es urgente cambiar eso.
Por suerte, cada vez hay más alternativas. Y una opción vital es el "turismo rural". Se trata de un concepto de viajes que quiere promover la conciencia y el respeto a las comunidades rurales de México. Y no solo eso: también incentiva el intercambio cultural y la convivencia directa entre mexicanos de todas partes del país.
La idea es realmente conocernos unos a otros, enseñarnos distintas formas de comer, cultivar la tierra, expresarse artísticamente, entender el mundo y hasta distintos idiomas y dialectos. Un viaje enmarcado en estas premisas es mucho más un paseo: se trata de una auténtica experiencia de vida. Al mismo tiempo, el viajero se compromete a respetar las normas de cada comunidad que visita y encarnarlas en sí mismo. Por eso el turismo rural es una propuesta sustentable.
Por otro lado, este tipo de viajes nos vuelve sumamente sensibles a la función que otros mexicanos y sus comunidades cumplen en el esquema general de nuestra sociedad. Las comunidades rurales de México (que son muchísimas) son guardianas de los bosques, de la milpa y de muchas especies endémicas que las formas de vida más urbanizadas han puesto peligro (como las abejas). Además de esta conexión, guardan saberes sobre la naturaleza que se manifiestan en la tradición oral, como la medicina tradicional.
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Si realmente imaginamos y aspiramos a construir un México más pacífico, es urgente conectarnos y reconocernos. Por eso te presentamos 4 destinos para vivir la magia del turismo rural, todos presentes en RUTOPÍA, una plataforma de viaje mexicana que le apuesta a esta clase de turismo y te ayuda a vivirlo sin muchas complicaciones.
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1: El Triunfo
En la espectacular Sierra Madre de Chiapas se encuentra la comunidad de Nuevo Paraíso, nublada y preciosa. En esta zona se siembra café orgánico y tú podrás aprender sobre cómo se hace y, por supuesto, degustarlo. Además, podrás convivir con la naturaleza muy de cerca, haciendo senderismo y avistamiento de quetzales silvestres. Convive con las familias y aprende un poco sobre la cultura tzeltal y sus ricas tradiciones. Aprende más aquí.
2: El Veinte
Esta comunidad está dentro de la exuberante reserva de Calakmul. Según se detalla en la plataforma de RUTOPÍA este es uno de los pocos ejidos donde la selva se ha conservado intacta y es habitada, además. por especies endémicas como jaguares, monos araña y tucanes.
Los artesanos de la zona han aprendido a transformar la hermosa materia de la selva en piezas increíbles de madera y textiles. Conecta presente y pasado visitando los talleres artesanales y las zonas arqueológicas del sitio que aún se mantienen. Camina por la selva, aprende sobre la extracción de chicle y acampa bajo las estrellas. Aprende más aquí.
3: El Almacén
Para conectar con la cultura mixteca y sus tradiciones con mucha historia, este es el mejor lugar. En las montañas de Oaxaca se encuentra la comunidad de El Almacén, donde un grupo de mujeres, amantes de su cultura, se dedican a reactivar la enorme tradición pulquera.
Si las visitas, puedes aprender a hacer pulque, a cocinar, a hacer artesanías tejidas de palma y hasta un poco de mixteco. Además hay hermosas caminatas por los cañones, fogatas nocturnas y la posibilidad de visitar las cascadas de Santiago Apoala. Descubre más aquí.
4: Acaxochitlán
Esta comunidad hidalguense es perfecta para los amantes del bosque. Su paisaje, salpicado de cascadas y ríos, es custodiado por la comunidad náhuatl de la zona. Ellos celebran su vínculo con la tierra a través de la gastronomía, cocinando con ricos ingredientes de la zona como hongos, maíz y trucha. Además, hay una fuerte tradición artesanal ligada a los telares.
En Acaxochitlán podrás caminar por el bosque, recopilar delicias silvestres y aprender a cocinar con ellas. Además, hacer paseos a caballo, bicicleta o lanzarte en la tirolesa. Por si fuera poco, las artesanas te recibirán en sus talleres para enseñarte sus procesos. Aprende más aquí.
*Imágenes: Rutopía.