Muchas lecciones valiosas nos dejaron los múltiples sismos que, de distintas maneras, tocaron a México durante 2017. Pero, sin duda, una muy especial es la siguiente: el patrimonio más valioso que tenemos es el que está vivo, el que depende de nuestro hacer constante. Tradiciones, fiestas, danzas, recetas, ferias y hasta juegos: resultado, todos, de la imparable creatividad.
No debemos olvidarlo: nosotros somos los que construimos el mundo; es nuestra fuerza creativa la que fabrica edificios, ciudades, mercados, monumentos. Y esta fuerza, elude la destrucción. Es más: en ella encuentra, incluso, nuevas formas de acción. Así, es vital reconocer como "patrimonio cultural" a las manifestaciones que marcan la identidad de muchos. Porque como los edificios históricos que dibujan el rostro de nuestra tierra; las tradiciones son algo que habitamos y que, simultáneamente, nos habita, porque somos nosotros los que las encarnamos.
Tal vez podríamos decir, si nos arriesgamos un poco, que nuestro contacto más auténtico con la propia tradición es a través del "patrimonio intangible", porque ese lo hacemos nuestro. No solo lo vemos de cerca, lo producimos, lo saboreamos y no tenemos que "tratarlo con cuidado". Al contrario: lo hacemos evolucionar cada vez que lo ponemos en práctica.
Para honrar esta lección y también lanzarse a vivir en carne propia estas manifestaciones, te presentamos una breve guía sobre el increíble patrimonio cultural intangible de la Ciudad de México, lugar donde convergen expresiones que han tomado prestado de muchos momentos de la historia y muchas partes del país.
Juego de pelota
Declarado patrimonio cultural intangible de la CDMX en 2008, no solo porque es una fantástica tradición prehispánica, sino porque se sigue practicando en distintas partes de la ciudad (y de México entero).
Las versiones consideradas patrimonio de la capital mexicana son la pelota tarasca y mixteca en tres modalidades: pelota de hule, de forro y de esponja. Aunque la práctica ya no es precisamente ritual, sino deportiva, continúa siendo una forma de conexión con un aspecto de la identidad que a veces se queda afuera del discurso: la herencia indígena.
Si quieres presenciar un juego o armar un equipo y darte una probada de este intenso ejercicio, puedes visitar la cancha de la Delegación Azcapotzalco, en el Faro Poniente Xochikalli, en calle Cananea (frente a metro Rosario). Las actividades del Faro son gratuitas y ahí te puedes inscribir para aprender a jugar o enlistar a tu equipo para echarte una liberadora reta prehispánica.
Orquesta Típica de la Ciudad de México
Este ensamble musical fue fundado en 1884, pero continúa activo y por eso en 2011 se decretó que es patrimonio de su ciudad natal. Se llama "típica" sobre todo porque interpretan piezas clave del imaginario mexicano, canciones tradicionales y algunas selectas de compositores locales. Una curiosidad es que integran los instrumentos ordinarios del género orquestal con algunos instrumentos mexicanos (como la marimba chiapaneca y el bajo sexto). Que tenga más de 100 años de historia prueba que su estructura depende de que la hagamos funcionar.
En su cuenta de Facebook puedes enterarte de próximos conciertos y presentaciones.
Pasión de Cristo en Iztapalapa
Según el decreto que hace patrimonio cultural intangible a esta tradición, el acto se practica en Semana Santa desde 1843. En 2012 fue declarado, de manera muy justa, pues aunque la intensa demostración de fe religiosa levanta algunas cejas, es una manifestación vital para los pobladores de la delegación, de la Ciudad y francamente, para muchos mexicanos que, año con año la siguen de cerca por televisión. El acto consiste en representar la Pasión de Cristo que culmina con el viacrucis: el camino de Jesús cargando la cruz hasta el sitio donde será crucificado.
Solo participan de este evento sujetos nativos de Iztapalapa, pero asisten a ella miles de personas de distintos lugares, entre curiosos y creyentes. Antes, los papeles se heredaban, ahora se llega a un acuerdo. Por otro lado, interpretar a Cristo no es para cualquiera. Hay que dejarse crecer el cabello, teñirlo y hay que estar físicamente preparado para ser azotado, cargar la cruz y luego ser colgado de ella.
Además de la inmensa convicción que solicita esta tradición, es curioso que los mexicanos pongan por unas horas el ojo en la delegación considerada como "la más peligrosa de la CDMX", probando otra fantástica cualidad del patrimonio intangible: la de hacer comunidad.
Feria de las Flores de la Delegación Álvaro Obregón
Esta fiesta tradicional se declaró patrimonio vivo de la CDMX en 2013. Se celebra a mediados de julio en el barrio tradicional de San Ángel. Y es una auténtica feria "de pueblo" que se realiza desde 1857 de manera formal, pues en sus orígenes servía para rendir culto a Xiuhtecuhtli, señor de las flores y, del lado católico, para ofrendar a la Vírgen del Carmen. El barrio completo, los parques de la delegación y otros sitios públicos, como los museos, se llenan de flores, muestras artísticas y gastronómicas y música.
Mercados públicos de la Ciudad de México
Un curioso ejercicio de abstracción este decreto de 2016 por hacer patrimonio a las Manifestaciones Tradicionales de los Mercados Públicos. Pero hay que decirlo: el mercado es una práctica que se hace de muchas y pequeñas tradiciones. ¡Y qué vivo este patrimonio! en donde, además, se rescatan cosas como la medicina tradicional (especialmente en el mercado de Sonora), recetas típicas, música mexicana y mucho más. Aquí puedes revisar la ubicación de muchos de estos sitios.
Alegría de Santiago Tulyehualco
El amaranto es nutritivo, delicioso y también patrimonio cultural, cuando está en forma del clásico dulce mexicano: alegría. Sí: las alegrías, específicamente las de Santiado Tulyehualco en Xochimilco, son patrimonio intangible. Piensa en lo que esto implica, cada vez que te comas casualmente una.
Prepara tú también este legado: aquí puedes encontrar la receta.
Lucha libre mexicana
En 2018 se decidió que este deporte con espíritu de dramatización y teatro era lo suficientemente importante para las identidades chilangas, como para pasar a formar parte del panteón de los "declarados patrimonio". Todo sobre esta manifestación nos habla de la cultura que la trae a presencia: las máscaras y vestuarios, el ring, los protocolos, los personajes, las narraciones, los movimientos y el ambiente. Los capitalinos aman las luchas y ya no hay palabras para quien decía que no son cultura.
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*Imágenes: 1)Efe; 2)Mario Guzmán; 3)La ciudad de las sombras/Flickr; 4)Iván Bautista; 5)Mario Guzmán; 6)Antonio Casasola; 7)Rodrigo Puente Guillén; 8)Crédito no especificado; 9)Osei Casanova; 10)Maria/Flickr; 11)Daniela Herrerías